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Una semana sin redes sociales

  • Foto del escritor: retadosuv
    retadosuv
  • 9 dic 2018
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 10 dic 2018

Esta semana en Retados nos hemos puesto muy a prueba al prescindir de las redes sociales durante unos días.

El progreso de la tecnología ha inundado el mundo de teléfonos móviles y, con ello, de todas las aplicaciones posibles, principalmente las redes sociales con las que interactuamos con otros usuarios. Esta dependencia a los dispositivos móviles se fundamenta en que a día de hoy es uno de los pilares básicos de la comunicación.

Sin embargo, y aunque somos conscientes de ello, el consumo del teléfono ha traspasado la barrera de la comunicación para incluir el entretenimiento, como aplicaciones de fotografía (Instagram), una de las que más hemos echado en falta estos días.


Un equipo de científicos de la Universidad McGill (Canadá) ha llevado a cabo un estudio que analiza los motivos que nos mueven a utilizar el smartphone de una forma excesiva. Sus resultados revelan que el problema no se encuentra en una dependencia del terminal propiamente dicho, sino que lo que nos mueve a abusar de su uso es el deseo de interacción social. “Insistimos en que este impulso por la sociabilidad es una característica fundamental de la evolución humana que antecede a los teléfonos móviles por cientos de miles, o según algunas versiones, varios millones de años. En pocas palabras, la adicción a los móviles es hipersocial, no antisocial”, explican los científicos en su informe.


Según el artículo ¿Cómo y quiénes se hacen adictos a las redes sociales? de El País, la adicción se manifiesta como un uso abusivo y descontrolado de las redes sociales que se predice ante la necesidad de estar conectado a internet en todo momento. El sujeto muestra un ansia por las redes sociales y se produce un flujo de transrealidad que recuerda la drogadicción. Es decir, surge un efecto llamado bola de nieve: los problemas se extienden a todas los aspectos de la persona (salud, familia, escuela/trabajo y relaciones sociales).


El término adicción no lo encontramos dentro de las clasificaciones psiquiátrica, pero cada vez son más los expertos que la consideran una enfermedad mental. La adicción va más allá que un simple mal uso de las redes sociales, conlleva un pérdida de control por parte del individuo así como una absorción a nivel mental . El adicto disfruta del beneficio inmediato sin darse cuenta de las consecuencias a largo plazo.


El artículo continúa mostrando que existen grupos poblacionales más propensos a convertirse en adictos: los adolescentes. Estos han nacido con las nuevas tecnologías al alcance de su mano, saben manejarlas e interactúan con sus iguales a través de estos formatos, en definitiva, se convierten en parte de su vida. Pero, no se dan cuenta de que son más vulnerables. La adolescencia está marcada por diferentes estados anímicos que pueden aumentar la posibilidad de adicción como son la falta de autoestima; la necesidad de pertenencia a un grupo y la aceptación; los diferentes complejos, etc. Por ello, los expertos advierten de que en ocasiones esta adicción viene precedida por un problema previo como puede ser la depresión, la timidez excesiva o la hiperactividad.


Uno de los datos más impactantes según otro artículo: Menores adictos a Internet de la Cadena Ser, más del 60% de los adolescentes ha contactado alguna vez por Internet con un desconocido y el 45% ha llegado a quedar cara a cara. Debemos recordar que legalmente en España la edad para poder abrir un perfil en una red social son los 14 años.


Existe una serie de recomendaciones que encontramos en el artículo Trastornos de conducta y redes sociales en Internet de Néstor Fernández, entre ellas, establecer tiempos del uso del dispositivo; controlar los contenidos a los que acceden los hijos; promover actividades al aire libre y , la alternativa más aplaudid: la educación. Enseñar a los más pequeños a hacer un uso adecuado de estas nuevas tecnologías en las que se encuentran integradas las redes sociales, al fin y al cabo van a ser las herramientas que les acompañarán a lo largo de sus vidas.



Según esta estadística de Statista, España ocupa el quinto puesto en el uso diario de 'smartphones' con un tiempo de dos horas y once minutos. Este dato, a pesar de que en cuatro años hemos bajado tres puestos, preocupa pues esta exposición prologada al teléfono móvil puede tener ciertas desventajas.


Las consecuencias del uso abusivo del teléfono móvil


Las consecuencias de este uso abusivo de las nuevas tecnologías no solo es la pérdida de tiempo que supone , sino que nos supone muchos daños tanto a nivel físico como a nivel mental:


  • Problemas de visión: los menores son los más vulnerables a sufrir problemas de visión debido al uso de las nuevas tecnologías. Según el oftalmólogo pediátrico del Centro Oftalmológico Quirón, Pablo Durán, en una entrevista al periódico ABC, afirma que el aumento de la utilización de estas tecnologías podría provocar un aumento de la miopía. Sin embargo, la miopía no es la única enfermedad que se puede generar, también pueden desarrollarse una degeneración macular, la hipermetropía, el astigmatismo o algunos tipos de estrabismo

  • Problemas en la columna vertebral: La cabeza del ser humano promedio pesa entre 4,5 y 5,5 kilos y, cuando la inclinamos para revisar nuestro teléfono móvil, la fuerza gravitacional y la carga en el cuello aumentan hasta una presión de casi 27 kilos. Si esa posición es continua, ocasiona una pérdida progresiva de la curva cervical de la columna vertebral. Este fenómeno se ha convertido en un problema médico y ha recibido el nombre de “cuello de texto”.

  • Alteración de los hábitos de sueño: La utilización de teléfonos móviles u otros aparatos electrónicos prolongan el tiempo que tardamos en irnos a dormir, lo que produce un retraso en nuestro ritmo circadiano. Este uso puede perpetuar las deficiencias en el sueño y, además, puede ser perjudicial para nuestras actividades y, sobre todo, para nuestra salud.

  • Aislamiento social: Pasar la mayoría del tiempo enganchado al teléfono móvil reduce la interacción personal, genera distracción, y, en los casos más extremos, puede provocar el aislamiento del individuo. Según un estudio de Cigna, el 34% de los españoles reconoce que el uso del teléfono móvil está afecta de forma negativa a su entorno social.


Reto realizado por Sabina Soare, Diego Moreno e Isabel Eseban (de izquierda a derecha)

BIBLIOGRAFÍA:

Sáchez Fernández, Néstor (2010). Trastornos de conducta y redes sociales en Internet. Recuperado el 9 de diciembre de 2018, Scielo. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252013000600010

Cadena SER (2017). Menores adictos a internet. Recuperado el 9 diciembre de 2018. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252013000600010

El País (2018). ¿Cómo y quiénes se hacen adictos a las redes sociales. Recuperado el 9 de diciembre de 2018. Disponible en: https://elpais.com/tecnologia/2018/04/06/actualidad/1523003059_867092.html

AS.com (2018). Para 1 de cada 3 españoles, el móvil perjudica su vida social. Disponible en: https://as.com/deporteyvida/2018/01/15/portada/1516015981_910340.html

ABC (2015). Esto es lo que puede pasarte si no apagas el móvil por la noche. Disponible en: https://www.abc.es/tecnologia/informatica-soluciones/20150203/abci-moviles-pantallas-sueno-201501301657.html

El Confidencial (2017). Enganchados al móvil: España, 5º país del mundo que más tiempo pasa con el teléfono. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/tecnologia/2017-05-26/movil-uso-exceso-espana-salud-enganchados-smartphone_1389117/



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